PARALISIS FACIAL
La parálisis facial periférica (PFP) es la más común de las mononeuropatías, que por lo general es unilateral y puede provocar deformidad estética facial y alteraciones funcionales. La incidencia de presentación es entre 14 y 25 casos por cada 100,000 habitantes al año, y se afectan en forma proporcional hombres y mujeres. El pico de edad es entre los 10 y 40 años.
La parálisis facial periférica también llamada parálisis de Bell es secundaria a una afectación del nervio facial (NF) que es el VII par craneal. La función de este es principalmente motora (movimiento) e inerva a los músculos estapedial, facial y cervical. Sensitiva inerva al velo palatino; sensorial recoge la sensibilidad de los 2 tercios anteriores de la lengua (salado y ácido), controla la secreción de la saliva y nasal y regula el tono vestibular. Refleja: participa en el reflejo palpebral, de amenaza, acústico y de succión.
La causa de la parálisis facial puede ser desconocida o idiopática llamándose Parálisis de Bell, pero también puede ser causada por tumores, aneurismas, leucemias, infecciones bacterianas como la sífilis y la Lepra, infecciones virales como Epstein Barr, sarampión, rubeola, citomegalovirus, herpes zóster entre otros.
La parálisis esencial o también llamada de parálisis de Bell es la más común, presentándose en 23 casos/100.000 habitantes al año.
Las manifestaciones clínicas de la parálisis facial consta en afectación de la musculatura facial, (parálisis), signo de Bell, dificultad para el cierre del ojo y desviación de la comisura labial hacia el lado contralateral. También se puede acompañar de dolor de oído, hipersensibilidad al ruido, dolor de apófisis mastoides, lagrimeo y alteración de la percepción de los sabores.
El diagnostico de la parálisis facial se basa en la exploración física y la realización del estudio de electromiografía.
El tratamiento de la parálisis facial es variable de acuerdo con su causa, pero se puede manejar con el uso de corticoides, vitaminas, antivirales y toxina botulínica. También se debe de realizar medidas preventivas como protección con lentes solares, lagrimas artificiales y protección ocular durante el sueño y baño. Una importante parte del tratamiento de la parálisis facial es la rehabilitación entre los que se incluyen calor local, masoterapia, reeducación muscular y propiocepción facial.
Dra Ana Cristina Mejía Paredes
Especialista en Medicina Física y de Rehabilitación